¡Qué hermosa idea Stella! Indudablemente eras/sos hermana de Huguito, aquel atorrante, muy bien nominado como militante de la alegría (adorable por momentos, ¡¡¡desquisiante por otros!!!)sonoro y afectuoso, imposible de ignorar. Sus carcajadas son lo primero que resuena en mi memoria cuando lo evoco: ¡cómo se reía! ¡Cómo y cuánto! Y el segundo recuerdo, pegado a su risa, son sus abrazos de oso... Estaba TAN feliz con sus hijitos, que ¡me parece maravilloso poder hacerselos saber algún día! De aquella amistad me quedó la amistad con Stella, ¡precioso regalo! Un beso enorme,
Marcela Altschul
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