
"-¡¡¡Noooo Hugo... noooo!!!!" (seguido de epìtetos irreproducibles...), gritaba yo en la estaciòn de ómnibus de Villa Giardino, en las sierras de Còrdoba, aquella tarde en la que Hugo sugería insistentemente enviar a Bs As la escenografìa de "La Mayor, la Menor y el del Medio", en dudoso transporte. Fue cuando la empleada de la terminal me dijo... "Su marido..." y ahí la corté en un grito.....
¡¡¡¡MARIDO EN LA FICCION , SOLAMENTE!!!!!!!
Y Hugo aceptó mi negativa de mala gana, como un verdadero marido en la vida real, ante la risa generalizada de Stella, Carolina, Juan, Marcelo y Lautaro.
Y el gran bolso viajó con nosotros..., volviendo a estropear los amortiguadores de su auto.
Y Hugo contó anécdotas de su vida en Córdoba de otros tiempos... mientras manejaba. Estaba tan feliz... creo que se sentìa el papá de verdad de esa familia, pero un papà bueno, no ese que le había tocado interpretar en la ficción, malo, terrible... ¡Nunca te lo creímos, Huguito!
Así te recuerdo, así estaràs en mi corazón siempre, con tu sonrisa increíble y tus ganas de que todo sea mejor...siempre.
Teresa Murias